Los científicos pensaban que los bebés solo entendían las
palabras desde alrededor de un año en adelante, pero una nueva investigación,
publicada en la revista científica PNAS, señala que esto en realidad ocurre
desde los seis meses.
El estudio señala que desde apenas seis meses los bebés ya comprenden una serie de palabras que se usan cotidianamente a su alrededor –como ‘auto’ o ‘pie’.
“[A esta edad] el lenguaje definitivamente se está
desarrollando intensamente bajo la superficie”, dice la profesora Elika
Bergelson, de la Universidad de Duke, EEUU, autora principal del estudio.
Para probar las habilidades de reconocimiento de palabras de
los bebés, los científicos usaron dispositivos de seguimiento ocular que los
monitoreaban mientras se les presentaban imágenes en una pantalla y mientras su
cuidador les hablaba.
En trabajos anteriores, Bergelson utilizó este método para
demostrar que los bebés de entre seis y nueve meses podían entender lo que
significaban las palabras referentes a los alimentos y las partes del cuerpo.
Cuando el cuidador pronunciaba una palabra como “manzana”, los bebés tendían a
dirigir su mirada hacia la manzana o la imagen de una.
Este nuevo estudio sugiere que el repertorio de palabras de
los bebés es aún más amplio. A los bebés se les presentaron dos imágenes
relacionadas o no relacionadas. Las imágenes relacionadas incluyeron pie y
mano, mientras que las imágenes no relacionadas podían ser tan disimiles como
pie y caja de leche.
Cuando los cuidadores leían una de las palabras, los bebés
pasaban más tiempo mirando la imagen relevante cuando no estaba relacionada con
la otra imagen del par.
s pudieron distinguir que “auto y cochecito (de bebé)”, por
ejemplo, son más parecidos que “auto y jugo”.
Si bien el estudio no sugiere que los bebés aprecien el
significado como lo hacemos los adultos –con una comprensión abstracta del
lenguaje-, los hallazgos muestran que los bebés comprenden una variedad de
palabras y que aprecian la similitud relativa de ellas.
“Este estudio es un primer paso para identificar cómo los
bebés mayores aprenden las palabras”, dijo la profesora Sandra Waxman,
investigadora de desarrollo infantil de la Universidad de Northwestern, EEUU,
quien no participó en el estudio.
En la segunda parte del estudio, Bergelson usó una grabadora
conectada a un chaleco que los bebés usaron, y que supervisaba las
interacciones de ellos con sus cuidadores, para comprender cómo el ambiente
hogareño influía en la aprehensión de las palabras.
El análisis de las grabaciones reveló que la cantidad de
tiempo que había una correlación entre el tiempo los cuidadores pasaban
hablando de objetos que el bebé podía ver, con su comprensión general de las
palabras.
Para Bergelson , el mensaje para los padres es obvio.
“Mientras más puedas hablar con tu hijo, mejor. Ellos están escuchando y aprendiendo
de lo que dices, incluso aunque no lo parezca”, dice la autora.
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