Para llegar a esta conclusión, los investigadores recopilaron muestras de las bacterias en más de 120.000 personas y realizaron un análisis de ADN.
En estudios previos se ha podido determinar que los cambios en la microbiota bucal pueden estar relacionados con un mayor riesgo de sufrir cáncer colorrectal, oral, padecer enfermedades del corazón e incluso diabetes. Pero un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Nueva York, evidenció un vínculo entre las alteraciones bacterianas y el riesgo de desarrollar cáncer de esófago.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores
recopilaron muestras de las bacterias en más de 120.000 personas y realizaron
un análisis de ADN para identificar todas las especies. Posteriormente, durante
un período de 10 años, esperaron para ver si alguien contraería cáncer de
esófago; 106 personas finalmente lo hicieron.
A pesar de que el cáncer de esófago tiene una prevalencia de
sólo el 1 por ciento de todos los cánceres diagnosticados cada año, las
perspectivas para esas personas generalmente son desalentadoras. De acuerdo con
el programa de seguimiento del cáncer del Instituto Nacional de Salud de los
Estados Unidos, menos de una de cada cinco personas vive más de cinco años, después
de ser diagnosticada con este tipo de cáncer.
Según los autores, algunos tipos de bacterias parecían estar
más estrechamente relacionadas con riesgos más altos o más bajos de cáncer de
esófago. Las personas que tenían niveles más altos de forsythia Tannerella y
Porphyromonas gingivalis tenían un mayor riesgo de desarrollar cáncer.
Específicamente, Tannerella se relacionó con un aumento del 21 por ciento de
riesgo.
Del mismo modo, los investigadores observaron que un grupo
de bacterias, Neisseria, así como una especie de bacteria estreptocócica, se
encontraron en personas que tenían un menor riesgo de cáncer.
Aunque los hallazgos son interesantes, este estudio no
muestra que estas bacterias sean las responsables de la aparición del cáncer,
ni puede determinar si el mayor riesgo de cáncer se asocia con las propias
bacterias o la enfermedad de las encías que pueden causar.
Al respecto, la Dra. Jiyoung Ahn, catedrática del
Departamento de Salud de la Población de la NYU y autora principal del estudio,
expresa: “Se requiere de más investigación para poder aclarar estos vínculos.
Nuestro estudio indica que aprender más sobre el papel de la microbiota oral
puede servir para el desarrollo de nuevas estrategias para prevenir el cáncer
de esófago, o al menos para identificarlo en etapas más tempranas.”
Los autores del estudio señalan que el próximo paso es
verificar si estas bacterias podrían usarse como biomarcadores predictivos, es
decir, si los niveles altos de estas bacterias podrían servir como un signo de
advertencia de cáncer de esófago.
Artículo original de tekcrispy
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