Muchos de estos errores se producen por pensar que el entrenamiento es un proceso aislado y que nuestro cuerpo vuelve a la normalidad justo después de terminar.
No estirar
Al realizar una intensa actividad el cuerpo tarda en
regresar a su estado natural. Según el especialista una excelente forma de ir
disminuyendo la aceleración de manera progresiva es con los estiramientos. “Es
imprescindible para relajar los músculos y para estabilizar todo el sistema
cardiorrespiratorio”, dijo. La forma correcta es realizar segmentos de 15 o 20
segundos siempre con movimientos suaves.
No ducharse
Más allá de un hábito higiénico, ducharse después de hacer
ejercicio beneficia al cuerpo de maneras sorprendentes. “Principalmente
estimula la circulación sanguínea, congestiona la masa muscular, tonifica la
piel y ayuda con la lipólisis, que es un proceso metabólico en el que se logra
quemar los lípidos ya que hay un cambio de temperatura muy brusco y el cuerpo
acelera el metabolismo para intentar dar calor”, cuenta Marco, quien recomienda
que se haga con agua fría.
Para el profesor del centro de ciencia deportiva “es
contraproducente un cambio tan drástico de pasar de estar muy activo a estar
detenido de golpe. Es bueno mantener un mínimo de actividad para que se vaya
calmando poco a poco”. Nuevamente reitera el desacelerameinto progresivo y
mantener al organismo activo, aunque sea con un mínimo de intensidad.
No abrigarse
Cuando la gente siente el calor que produce el esfuerzo
físico no se abriga lo suficiente o se destapa aún más. Después de hacer
ejercicio el organismo se está recuperando del esfuerzo realizado quedándose
vulnerable a contagios y enfermedades. El consejo es sencillo: hay que taparse.
No hidratarse
El 75 % de los músculos están constituidos de agua. No
beberla antes, durante y después del ejercicio resultaría es el error más
grande que puede cometer un deportista. Cuando el desgaste es intenso hay que
tomar bebidas isotónicas o rehidratantes. El profesor de fitness Alto
Rendimiento hace hincapié en no confundirlas con las bebidas energéticas, las
cuales reactivan el organismo cuando lo importante es normalizar los niveles
fisiológicos.
No comer después del ejercicio
Además de hidratarse, las personas necesitan recargar los
depósitos de glucógenos para reponer la energía perdida y de proteínas para
reparar lo antes posible las microrroturas que se producen a nivel muscular. Se
puede hacer a través de batidos de proteínas, pero lo mejor es con la
alimentación habitual. “Aunque en poca cantidad, ya que se trata simplemente de
recargar”, aclaró Juan Francisco Marco.
Fumar
Suena evidente, pero muchas personas encienden un cigarrillo
al terminar una actividad física como un hábito de relajación. Si fumar es
dañino, al realizarlo después del ejercicio los efectos negativos se
multiplican”porque el sistema respiratorio está más abierto y todo lo tóxico
que aporta el tabaco entra con más facilidad a los pulmones y el organismo”.
Como siempre en la redacción de este pasquín...hay confusión TOTAL!!!!!
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